Blog personal de Ángela Beato. Escribo lo que siento. Digo lo que pienso. Procura no tomarme demasiado en serio.

miércoles, 10 de agosto de 2016

15 cosas que podemos hacer en Madrid sin gastar un solo euro

Este año estoy pasando buena parte del verano en Madrid, disfrutando de unas vacaciones low cost, -irme a las Bahamas cuando estoy cobrando la prestación por desempleo se me antojaba obsceno-. De modo que trato de sentirme turista sin cruzar fronteras, aprovechando las múltiples posibilidades que ofrece una ciudad como esta para entretenerse sin soltar un solo euro. Ayer mismo, por ejemplo, visitamos la Casa Museo de Lope de Vega, un fabuloso rincón que aún se conserva, muy bien remozado, en la calle de Cervantes. He pensado que no estaría mal compartir con vosotros mi recopilación de planes gratuitos que se pueden realizar en la capital, al margen, por supuesto, de los clásicos paseos por la Puerta de Alcalá, Cibeles, Neptuno, la plaza Mayor, el kilómetro 0 o la Gran Vía. Aquí tenéis 15 cosas que podemos hacer en Madrid sin gastar dinero:

1.-La Casa Museo de Lope de Vega encabeza esta lista. El recorrido por las distintas estancias y el jardín dura una media hora. Durante la visita te cuentan la historia del lugar, te acercan a la figura del autor de 'Fuente Ovejuna' y te ayudan a hacerte una idea de cómo vivió sus últimos años allí. El plan resulta también muy entretenido para los niños por las anécdotas de la época que narran los guías. Hay que reservar la visita previamente por teléfono, aunque no suelen tardar mucho en dar la cita.





2.-El Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid, tiene un espacio cultural conocido como CentroCentro. En el vestíbulo del antiguo edificio de Correos hay una zona de descanso en la que, además de poder sentarte resguardado del calor, puedes leer la prensa, navegar por internet gracias a su wifi abierta e incluso ver las diversas exposiciones que ofrece. La visita al mirador es gratuita todos los primeros miércoles de mes.


3.-Los centros comerciales encierran muchas posibilidades. Yo destacaría la Tienda Apple de la Puerta del Sol, la Casa del Libro en Gran Vía y la Fnac de Callao. En el caso de la primera, puedes toquetear todos su productos, consultar la prensa digital en un IPad, juguetear con el último modelo de Iphone o soñar con un Mac de pantalla infinita... que por eso no te cobran. Tampoco por asistir a los talleres que organizan para sacarle partido a sus gadgets. En el caso de la Casa del Libro, gracias a su wifi, su climatización y, por supuesto, su amplio catálogo bibliográfico que puedes ojear libremente, no hay paraíso mejor para un lector. De la Fnac se podría decir lo mismo, aunque ampliado a otros ámbitos como la música, el cine y los videojuegos. Además suelen ofrecen actividades culturales abiertas y gratuitas.


4.-Matadero de Madrid. Este espacio cultural municipal, centro de creación contemporánea, ofrece durante el mes de agosto La Plaza en Verano, un ciclo de conciertos gratuitos a la fresca, las noches de los viernes y sábados. El resto del año suele organizar igualmente numerosas citas culturales abiertas a todo el público. 





5.-Hay un montón de Museos que se pueden visitar por el morro, aunque no sean tan de relumbrón como el Prado, el Reina Sofía o el Thyssen. No obstante, estos también tienen días y horas en las que abren sus puertas para todo el mundo: la colección permanente del Museo del Prado es gratis de lunes a sábado a partir de las seis de la tarde y hasta el cierre, mientras que domingos y festivos la veda se abre a las cinco. En el caso del Museo Reina Sofía, los días de entrada gratuita son el lunes de 19 a 21, de miércoles a sábado de 19 a 21 y los domingos de 13:30 a 19. En cuanto al Museo Thyssen-Bornemisza‎, la gratuidad es los lunes de 12 a 16 horas, pero se restringe a amigos del museo, menores de 12 años, miembros del Consejo Internacional de Museos y desempleados; esta última condición –la de estar en paro- permite también la entrada gratuita al Palacio Real de lunes a jueves de 18 a 20 horas durante esta época, un derecho que tienen también los ciudadanos de la Unión Europea, residentes y portadores de permiso de trabajo en dicho ámbito y los ciudadanos iberoamericanos. 


6.-Las grandes zonas verdes de Madrid son otro lugar en el que pasar el rato sin gastar. Ver a locos de Pokemon Go persiguiendo muñequitos con su móvil por el Parque del Retiro puede ser muy divertido, lo mismo que observar a quienes ocupan las barcas que navegan por el estanque. El Palacio de Velázquez y el Palacio de Cristal, ambos en el mismo recinto, también se pueden visitar gratis. Hay otras áreas verdes imprescindibles además de, por supuesto, la Casa de Campo. Yo recomiendo en particular el coqueto Parque del Capricho, en la Alameda de Osuna, y su búnker de la guerra civil, abierto al público desde el pasado mes de mayo. Para entrar en el parque no hay problema, hay acceso libre dentro del horario de apertura, pero para el búnker hay lista de espera, por eso de la novedad. 


7.-Andén 0 es el Centro de Interpretación del Metro de Madrid. Para conocer la historia del suburbano madrileño se pueden visitar de manera gratuita la Nave de Motores de Pacífico y la Estación de Chamberí, dos de los lugares más insólitos de la capital. Ahora la estación está puntualmente cerrada por obras hasta noviembre, pero merece la pena esperar a su reapertura para retroceder en el tiempo. 




8.-Hay Fundaciones muy activas y generosas. La Fundación Canal tiene una importante actividad cultural y sus salas de exposiciones suelen acoger interesantes muestras. Ahora mismo, por ejemplo, está a punto de concluir una dedicada a Vivian Maier, una niñera que alternó esta ocupación con su oculta pasión por la fotografía. A su muerte se encontró un material fantástico que la ha convertido en todo un fenómeno y referente de la fotografía de calle. Tengo que verla. El Espacio Fundación Telefónica es otro de esos lugares de visita ineludible cuando uno pasea por la Gran Vía, porque sabe que siempre encontrará propuestas culturales atractivas. Igual que La Casa Encendida, de Fundación Montemadrid, donde también en verano sigue programando exposiciones, música o cine.



9.-Las Fiestas populares son un filón, porque suelen incluir mucho entretenimiento de calle y cosas que ver sin sacar la cartera. San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma en agosto te permiten pasearte por Lavapiés y Las Vistillas, ver bailar chotis y atreverte incluso a mover el culo tú mismo en una verbena, sobre todo después de consumir limonada gratis. 






10.-La Bolsa de Madrid se puede visitar gratuitamente previa solicitud. Sí, habrá quien considere poco atractiva una visita al parqué madrileño, pero con lo loco que está el IBEX últimamente quizá el plan sea hasta entretenido. Profesionales de esta institución guían a los visitantes y les explican tanto la historia del edificio como los intríngulis del mercado de valores.






11.-El Congreso de los Diputados. Salvo en agosto, el resto del año te puedes presentar con tu DNI todos los sábados de 10:30 a 12:30 horas, acercarte por la verja de la Carrera de San Jerónimo y cruzar los dedos para que no haya mucha gente. Cada media hora y en número no superior a 25 personas se va pasando. El inconveniente o ventaja, según se mire, es que los visitantes no se cruzarán esos días con ningún diputado. En el caso del Senado también se puede visitar de manera gratuita y con guía, previa solicitud, siempre que la actividad parlamentaria lo permita, de lunes a viernes, a las 10, 11, 12 y 13 horas, excepto en agosto y otras vacaciones.





12.-Madrid Río. Es la herencia que dejó Gallardón y hay que admitir que la Ribera del Manzanares ganó con el soterramiento de la M-30. Hay parques con tirolinas, columpios y toboganes a lo largo de este espacio, que viene a medir unos 10 km y que incluye fuentes, chorros y muchos puentes, viejos y nuevos. Si quieres aprovechar para pedalear, calzarte los patines o correr, beneficiarás también a tu salud.







13.-El relevo solemne y el cambio de guardia en el Palacio Real. Dicen que es todo un espectáculo. Participan más de 400 personas y 100 caballos que escenifican el relevo tal y como se hacía en tiempos de los reyes Alfonso XII y Alfonso XIII, con la parafernalia de entonces. El espectáculo incluye un concierto de la Unidad de Música de la Guardia Real.





14.-La Biblioteca Nacional ofrece visitas exprés a este templo de sabiduría que recibe y conserva ejemplares de todos los libros publicados en España. El itinerario incluye la escalinata exterior, el zaguán, la escalera principal, el Salón Italiano y la Sala de Patronato. Las Salas de Exposiciones y el Museo de la Biblioteca, donde se realizan diversas exposiciones y actividades culturales, son de libre acceso.


15.-Los Mercados de Madrid ya no son esos lugares donde vas a buscar la pescadilla y el cuarto de kilo de chopped; ahora se han reconvertido en 'gastrolugares' de encuentro de lo más chic que merece la pena visitar, siempre que seamos capaces de mantener los jugos gástricos a raya. De no ser así, el plan ‘no gastar un euro’ se irá a la basura. El Mercado de San Miguel, el de San Antón o Platea, son de los más frecuentados y a ellos yo particularmente les sumaría la Gourmet Experience de El Corte Inglés de Callao, en la última planta del edificio, desde donde se tienen unas vistas inigualables de Madrid. Y gratis… siempre que no termines picando y decidas darte un capricho, sobre todo si atardece y la puesta de sol te invita a quedarte un rato más largo saboreando el momento.







lunes, 8 de agosto de 2016

Qué hacer en Toro además de visitar 'Aqva'

Hace unos días un amigo me anunciaba que se iba a acercar hasta mi pueblo -Toro- a visitar la exposición de Las Edades del Hombre y me pedía consejo sobre dónde comer ‘bueno, bonito y barato’. Le sugerí varios establecimientos de menú y alguno de pinchos, para que eligiera lo que más le apeteciera, y mientras confeccionaba la lista pensé que quizá esta información podría interesarle a alguien más con las mismas intenciones, así que hoy voy a dedicar este post a proponer una especie de itinerario para aquellos que tengan previsto acudir a este acontecimiento cultural.


‘Aqva’, la nueva edición de Las Edades del Hombre, la exposición anual que da a conocer el arte sacro de Castilla y León, ocupa principalmente la Colegiata de Santa María la Mayor y la iglesia del Santo Sepulcro. Los detalles de su programación los podéis encontrar en esta página web. Ambos lugares se encuentran en el centro de la localidad. La entrada a Toro, si se viene desde Zamora, Valladolid o Madrid, se realiza a través de la autovía del Noroeste. La salida al pueblo conduce a la carretera de Medina de Rioseco. Al entrar por esa vía, a mano izquierda, dejamos el Polideportivo Municipal, donde está la piscina de verano, que si vais con tiempo y aprieta el calor, podéis visitar para daros un chapuzón y refrescaros por un módico precio antes o después de la visita cultural. Agua gélida, aviso.

Más adelante encontráis una rotonda con banderas. En este entorno hay varios bares, el Reyes Católicos, el Taurus o La Sepia, que pueden ser una buena opción en caso de querer hacer una primera o última parada técnica. Para continuar hacia vuestro objetivo debéis atravesar el arco de Corredera y avanzar. Hacia la mitad de esta calle, en la acera de la derecha, está la Bodega Velasco, donde se puede comprar vino, degustarlo acompañado de un plato de embutido o queso y ver una auténtica bodega de la zona.

Si reanudáis el itinerario llegaréis a la plaza de Santa Marina donde os toparéis con el arco del reloj, sobre el que se asienta una torre que, según dice la leyenda, se terminó de construir utilizando vino en lugar de agua en la argamasa que fija las piedras. Si hay ganas de un café, podéis tomarlo en Don Carlos, en esa misma plaza, con terraza en los jardines centrales y wifi abierta. No sé si a estas alturas habrán decidido ponerle clave y acceso restringido para sus clientes, porque no veáis cómo se ponían los aledaños de jóvenes con el móvil dándole gratis a Internet.

Pasáis bajo el arco del reloj por la Puerta del Mercado y en la calle Odreros, a mano derecha, está El Pirata, una pizzería/hamburguesería de comida rápida, rica y barata –pizzas de masa fina para chuparse los dedos-. Más adelante accedéis a la plaza, donde abundan las tiendas y bares. Si lo que os apetece es tomar algún pincho, bajo los soportales hay bares para elegir, aunque yo recomiendo entrar en El Imperial y pedir una calandraca, un pincho hipercalórico pero sabrosísimo que entra muy bien con un vino tinto de Toro. Si preferís alguna ración de picoteo -champiñones, huevos rotos o lagarto ibérico-, del otro lado de la plaza, a la derecha del Ayuntamiento, bajo el Casino, está LaTinta, un establecimiento relativamente nuevo y montado con mucho gusto. Si sois más partidarios de menú, hay varias opciones por esta zona: el Carpe Diem, el Castilla, el Catayo o el Colegiata -¡Anda! Todos con C-. Valorad precio, platos y variedad, y elegid vosotros mismos. Yo soy más de picoteo.

Todo esto deberíais hacerlo después de la visita a ‘Aqva’, porque si no, a estas alturas, lo que os pediría el cuerpo es dormir una siesta, no patearos una exposición. Si queréis alojarnos y hacer noche en Toro, el Hotel Juan II, el más antiguo del municipio, con piscina y tanto encanto como necesidad de actualización, se encuentra pasada la Colegiata, en el Espolón, otro lugar en el que es obligado detenerse para disfrutar de las vistas del río Duero y la vega. Desde allí a mano izquierda sale una paseo que llega hasta el Alcázar, conocido popularmente como 'la cárcel'. Con motivo de Las Edades del Hombre se ha convertido en Centro de Recepción de visitantes y se puede acceder y subir a su terraza para contemplar unas preciosas vistas.


Ya que estáis en ese punto, si seguís hacia la izquierda encontraréis el Paseo del Carmen, otro lugar para descansar a la sombra de algún árbol y contemplar las vistas. Desde allí, por la calle Puerta Nueva podéis volver hacia el centro. De camino pasaréis por otro hotel, el María de Molina. Girando a la derecha, tomáis la calle Rejadorada, donde hay otro posible lugar para hospedarse: la Posada de Rejadorada. Un poco más adelante, girando a mano izquierda llegamos al parque de San Francisco, donde está la plaza de toros, uno de los cosos más antiguos –y más incómodos para el espectador, todo sea dicho- del país. Si tenéis suerte y está abierta, pasad a verla.

Si la visita y el tiempo que le vais a dedicar a Toro lo permite, os animo a recorrer algunas de las iglesias del pueblo, como la de San Lorenzo o San Salvador; el Monasterio de Sancti Spíritus –donde también hay hospedería y venta de dulces propios-, la puerta del Palacio de las Leyes, la ermita de la virgen del Canto, el puente de piedra sobre el río o la pradera del Cristo. Seguro que en la Oficina de Turismo, situada también en la plaza, os pueden facilitar muchas más sugerencias y datos prácticos.

En caso de que hayáis planeado hacer noche en Toro y os apetezca tomar una copa, puede ser una opción la terraza del Hotel Juan II o alguna otra de los bares de los soportales, aunque los locales nocturnos se concentran en la zona de la calle Trasalfóndiga, detrás de la Oficina de Turismo. Hace mucho que no salgo de noche en mi pueblo, así que no me arriesgo a recomendar ninguno por si ya no existen los que yo frecuentaba. Veo, eso sí, que el Tras Tres sigue abierto, pero o la edad de la clientela a bajado o la mía ha subido... o ambas cosas.

Antes de iros, os sugiero que llenéis el equipaje con un buen surtido de productos de la tierra: El vino -por supuesto- que podréis comprar en la misma Bodega de Velasco que mencionaba antes o en cualquiera de los múltiples lugares dedicados a su venta en todo el itinerario que he mencionado; los embutidos os esperan en la Baltrasa (C/ El Cantar del Arriero) y la Maltrasa (Corredera), dos tiendas donde también se puede comprar queso y conservas de la zona; y los dulces, merece la pena acercarse al Horno de San Julián, hasta donde se llega partiendo de la plaza de Santa Marina y tirando por la calle El Sol. Si no os apetece desviaros más, en la plaza hay varias pastelerías y tiendas donde avituallarse igualmente con pastas riquísimas.

Me he dejado fuera un montón de rincones, lugares, tiendas, bares… pero es que no cabe todo en un simple post. Espero que alguna de mis recomendaciones os sean de utilidad y que disfrutéis de mi pueblo.


viernes, 5 de agosto de 2016

Hoy podría haber sido Madrid 2016

Hoy el mundo se podría estar tomando una relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor… ¡No! ¡Espera! Que esa fue la tercera intentona, la de Ana Botella, y al final se le escaparon para Tokio. A los que me refiero es a los segundos que le arrebataron a Gallardón… Hoy comenzaría Madrid 2016, el sueño olímpico de la capital, los juegos que tenían que ser nuestros, los de la corazonada, y que al final se los llevó Río de Janeiro. En aquel momento se comentó que la crisis, que empezaba a causar un impacto mayor del inicialmente previsto en nuestro país, es lo que más había influido en la derrota, a pesar de que la mayor parte de las infraestructuras ya existían y la candidatura madrileña era francamente superior, sobre todo en apoyo popular e institucional. Pero Brasil era entonces un país emergente, buque insignia de América del Sur y políticamente muy estable y asentado. Qué mejor que seguir con la regla no escrita de la rotación de continentes y dar por primera vez al continente sudamericano el honor de organizar unos juegos. 

Corría el año 2009. Eso de tener que elegir las sedes con siete años de antelación entraña algún que otro peligro. Te arriesgas –por ejemplo- a que cambie el escenario de fondo y la población te monte manifestaciones y hasta te boicotee la llegada de la antorcha olímpica, que te surja el virus del zika e incluso a que no te dé ni el tiempo ni el dinero para cumplir con tu objetivo. Río trabaja aún a destajo y contra reloj para tener todo listo, pero cuentan que la villa olímpica no está rematada del todo, que las alcantarillas del centro de Madrid están más salubres que la bahía brasileña donde se celebrarán las competiciones deportivas en aguas abiertas o que algún lumbreras decidió abaratar la construcción del complejo acuático y puso cuatro pilares que impiden la visión de la piscina a al menos 3.000 espectadores. Por no hablar de que a lo largo de estos años la bonanza económica de aquel país ya no es tal y muchas empresas e inversores privados se han enriquecido a costa de este evento que más que dejar un legado para el pueblo va a servir para endeudarlos más y llenar algunos bolsillos. La situación política también ha cambiado y mucho con respecto a la que existía por aquel entonces. Mirad Lula y Dilma, el uno enfangado en un escándalo de corrupción y la otra con un impeachment pendiendo sobre su cabeza, quién les ha visto y quién les ve. Mirad de este lado al propio Gallardón que tras aquella derrota personal como alcalde, dio el salto a la política nacional en forma de Ministro y hoy esta fuera del gobierno ganándose el jornal defendiendo a opositores venezolanos. La misma Mercedes Coghen, Consejera Delegada de Madrid 2016, se vio implicada en el Juicio del caso Noos acusada de malversar caudales públicos y defraudar a la administración estando al frente de la candidatura olímpica, al -supuestamente- beneficiar con 114.000 euros públicos a la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, presidida por Iñaki Urdangarin. Por aquel entonces gobernaba Zapatero, que hoy vive un retiro dorado y cada vez que habla sube el pan, como suele pasar con los ex presidentes. Hoy, siete años después, tenemos un gobierno del PP en funciones y la alcaldesa de la ciudad es Manuela Carmena.

El tiempo… Cuánta vida puede haber en siete años. 

Esta noche, ya madrugada, cuando comience la ceremonia inaugural en el mítico estadio de Maracaná, no podré evitar cerrar los ojos e imaginar que todo está sucediendo en la Peineta y que se hace realidad el sueño olímpico de Madrid. Menos mal que disfruté Barcelona 92 en vivo y en directo, porque dicen que la capital quizá tendría otra oportunidad para 2040. No sé si ya me dejarían ser voluntaria.

miércoles, 3 de agosto de 2016

A la tercera va la perdida o cómo unas nuevas elecciones pueden acabar con la paciencia del populacho y la credibilidad de toda la clase política

Me extraña que la gente no se haya tirado a la calle; me sorprende que no hiervan las redes sociales -por mucho menos en Twitter le montan una crisis reputacional a cualquier empresa del IBEX-; me escama que no haya surgido ningún reto, como el del cubo de agua helada, o una petición con recogida de firmas en Change.org para que termine de una vez esta situación desesperante y empiece alguien a gobernar ya este país.

AVISO: Si hay terceras elecciones, que no cuenten conmigo. Yo ya he cumplido. En las dos anteriores ocasiones ejercí mi derecho -y deber- de acudir a las urnas. Ya he expresado mi parecer. Ya les he hecho saber mi voluntad. Me he tomado la molestia de desplazarme dos veces a mi colegio electoral, esperar dos colas ante la mesa que me corresponde y meditar muy mucho cuál debía ser mi voto, con los consiguientes quebraderos de cabeza que conlleva tan difícil decisión. Así que ahora deberían ser ellos quienes movieran ficha. Pero no. De nuevo el fantasma de otras elecciones se cierne sobre nosotros, pobres infelices, sin que nadie quiera ceder. Creo que ya está bien. Qué aburrimiento. Las tertulias políticas se han convertido en un divagar sobre lo mismo sin que haya una sola novedad ni avance, y eso no hay EGM que lo resista.

Deberían formar gobierno de una vez por todas. Quien sea. O que Rajoy, por ser el más votado y haber recibido el encargo real, recabe los apoyos que pueda de los partidos más en su órbita, o que Sánchez el enrocado valore ya una alternativa de izquierdas. Pero que no alarguen más este mareo estival y, sobre todo, que dejen de derrochar el PIB en procesos electorales y en todos los gastos que lleva aparejados la disolución de las Cámaras, con sus indemnizaciones de transición y un nuevo reparto del kit tecnológico a sus futuras señorías. De verdad, ¿nadie va a ser capaz de encontrar una vía que desatasque una situación que conduce a España directamente al top de la lista de países que más tiempo han pasado con gobiernos en funciones? 

Supongamos durante un momento que al final nos obligan a volver a votar -lagarto, lagarto-. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si todos los españoles a los que por sorteo les toca ser miembros de una mesa electoral deciden no presentarse y desobedecer? Teniendo como ejemplo el de los propios inquilinos de las Cortes que no terminan de atender a su obligación, poco se les podría reprochar a los insumisos. Pues bien, dice la ley que ‘los cargos de Presidente y Vocal de las Mesas electorales son obligatorios’ y que ‘El Presidente, Vocales y Suplentes que no acudan a desempeñar sus funciones incurrirán en pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a veinticuatro meses’. ¿Me quieren decir que nuestros ilustres políticos electos pueden tirarse un año mareando la perdiz, defendiendo como si les fuera la vida en ello posturas irreconciliables sin que les pase nada, y el ciudadano al que se le hinchen las pelotas por esa situación y decida protestar negándose a aceptar su designación como miembro de una mesa en una tercera vuelta, puede terminar con antecedentes penales? ¡Venga!

Si tuvieran algo de dignidad los candidatos que están siendo incapaces de ponerse de acuerdo, que se han demostrado inútiles como negociadores, deberían dejar que lo intente el siguiente, a ver si tiene más talento, talante o suerte. Pero de eso nada, los que amagan con conducirnos a un nuevo proceso electoral son los mismos líderes fracasados que piensan que a la tercera va la vencida, cuando en realidad ya han perdido. Cada vez que nos hacen repetir elecciones nos están enviando el mensaje de que somos los electores los culpables del bloqueo y lo que no entienden es que lo que dicen las papeletas es lo que este país reclama: cambios y consenso.

Quienes saben de esto auguran que unas terceras elecciones darían la mayoría absoluta al PP. No estoy muy segura. Tengo la sensación de que ganaría la abstención y la que saldría perdiendo es la democracia, sin mencionar las arcas del Estado, que estamos esquilmando sin pudor. Y lo peor es que los ciudadanos que sí estuvieran dispuestos a pasar por el aro y decidieran repetir por tercera vez, muy disciplinados, lo de meter el sobre en la urna, seguro que volverían a votar lo mismo y nos encontraríamos como Bill Murray en la comedia de Harold Ramis ‘Atrapado en el tiempo’, padeciendo un eterno día de la marmota. Eso sí, esta película podría encerrar la solución o al menos ser inspiradora. Por si Sánchez, Rajoy, Iglesias y Rivera no la han visto, cuando el protagonista -el meteorólogo Phil-, cree que está condenado a repetir cada 24 horas el mismo día, decide adelantarse a los acontecimientos que ya conoce beneficiándose de esa circunstancia y provocando cambios en la historia. 

¿Que si al final escapa de ese bucle temporal y se queda con la chica? No pienso hacer spoiler.


lunes, 1 de agosto de 2016

Cuando tus hijos te hacen saber que no eres tan enrollada como pensabas

Estoy de bajón. Hecha cisco. Devastada. Hundida. Pero, por encima de todo, muy cabreada. Mis hijos han pasado el fin de semana en casa de sus tíos para salir un poco de la rutina en que se estaba convirtiendo el verano. La experiencia la sugirió su tía y ellos aceptaron sin dudar. En cualquier lugar mejor que en casa. Son así. Supongo que es normal. Escapar de lo cotidiano es divertido. Lo que no me esperaba es que al recogerles iba a encontrar escasas muestras de afecto y, como colofón, tendría que ver lágrimas y escuchar reproches como que les daba pena que se acabara su estancia porque se lo habían pasado muy bien y allí les tratan distinto a como lo hacemos nosotros. Particularmente capitaneó los ataques la mayor, a quien la preadolescencia la está transformando en una maestra de la acidez. Es impresionante la soltura con la que la criatura puede dispararte acusaciones que duelen como si te azotaran la espalda con unos cilicios después de haberte quemado el sol la piel. 

Básicamente la traducción de la frase ‘Vosotros no sois iguales que los tíos’, que resume el chorreo que nos cayó y ‘animó’ el trayecto de vuelta a casa en coche, es que durante dos días mis hijos han hecho lo que les ha salido del mismísimo… y nadie les ha llamado la atención. Se han atiborrado a dulce, carbohidratos y salsas hipercalóricas, han pasado de hacer ejercicio, nadie les ha cronometrado el tiempo que se han tirado delante de una pantalla, les han dado todos los caprichos que se les han antojado, han estado despiertos hasta que les ha vencido el sueño… Sintetizando: han sido libres y no se han sometido a ninguna norma. La felicidad para ellos es eso. Todo lo contrario de lo que deben soportar cuando están bajo mi tutela y la de su padre. Sí, porque nosotros somos esos ogros asquerosos que les obligan a tomar verdura y fruta; esos odiosos monstruos que limitan su ingesta de chuches; esos malnacidos sin corazón que les permiten usar solo dos horas diarias los dispositivos electrónicos; esos latosos controladores que supervisan cada foto o vídeo que suben a redes sociales y el uso que hacen de Internet; esos desalmados que les dicen que hagan la cama, recojan la habitación y se duchen; esos personajes siniestros que les llevan a rastras al campo para pasear un poco, respirar aire puro y disfrutar de la naturaleza; esos maquiavélicos seres que les sugieren leer y hacer algo de deberes durante las vacaciones; esos torturadores sádicos que les organizan a traición visitas culturales a museos y monumentos para tratar de abrir su mente y que vean mundo; en definitiva, esos padres rollazo que les han caído en suerte. ¡Qué mala suerte! 

Sé que es lo que toca, que los niños pueden llegar a ser muy crueles, que los condenados dominan a la perfección el chantaje emocional y, sobre todo, que con el paraíso no se puede competir. Pero por un minuto he estado tentada de iniciar los trámites para traspasarles la custodia a sus tíos 'los enrollados'... 

Cómo me revienta que mis hijos aprecien tan poco lo mucho que tienen y los esfuerzos que hace una ‘mala madre’ como yo por intentar que sean felices.