Blog personal de Ángela Beato. Escribo lo que siento. Digo lo que pienso. Procura no tomarme demasiado en serio.

viernes, 13 de abril de 2018

Feliz Día Internacional del Beso


El primer beso nunca se olvida. Me refiero al beso romántico. Más concretamente al morreo. Yo fui tardía. Tendría unos 17 años. Siempre había fantaseado con ese momento y quizá precisamente las altas expectativas que había ido creándome en torno a este asunto tuvieron la culpa de que me pareciera un asco. Recuerdo mi primer beso como una experiencia un pelín desagradable. Sentir una lengua ajena circulando descontrolada por mi boca fue un shock para mí. Así que, en vez de sentirme en el séptimo cielo o elevarme hasta la gloria, fui perfectamente consciente de cada segundo que pasaba y de mi deseo de que aquel intercambio de salivas terminara cuanto antes. Cerré los ojos, sí, pero por comprobar si no viendo la cara del galán me abstraía. Nada. Fue mi primer y último beso con el susodicho. Después cortamos. Afortunadamente vinieron otros labios, otras lenguas y otras bocas más apetecibles, con mayor destreza y mucho más agradables. Entonces sí, ya pude experimentar eso de las mariposas en la barriga, la nube, el deseo, la ceguera, la tontería…


Cada 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso. No es una fecha seria de esas que recoge Naciones Unidas en su calendario, sino una efeméride más popular que otra cosa. Surgió por una chorrada. Durante un certamen que premiaba el beso más largo, una pareja tailandesa batió su propio récord con un ósculo que duró 58 horas, 35 minutos y 58 segundos. Que me perdonen pero después del primer minuto, eso ya no es ni beso ni nada; es mantener juntos los labios y aguantar. De todo menos romántico. Imaginad estar más de dos días así, sin poder comer ni dormir ni lavaros los dientes… Me vienen a la mente dudas escatológicas que no voy a compartir. En fin, que a cuenta de esta idiotez, algunas ciudades del mundo empezaron a organizar concursos similares. Y así es cómo terminó estableciéndose esta fecha como el Día Internacional del Beso, para animar al personal a demostrarse su afecto mediante este gesto que no necesariamente tiene que darse de boca a boca ni es de uso exclusivo de las parejas de enamorados. También valen los besos en la mejilla, la mano o el pelo, de padres a hijos, de hijos a padres, entre amigos, incluso los besos de saludo cortés. Los expertos aseguran que los besos, cuando los das o te los dan voluntariamente -no valen los besos de Judas-, son capaces de despertar sorprendentes reacciones físicas y químicas en el organismo y constituyen el mejor antidepresivo. Con la que está cayendo, no sé cómo no pasamos todo el día fundiéndonos en besos.

Hoy es el típico día en el que, a falta de alguna parida más vistosa, los medios se hacen eco de este ‘Día de’ y aprovechan para recopilar obras de arte y fotografías de parejas enroscadas o lugares consagrados al beso. Aunque, ya que estamos, lo suyo es rendir tributo a esta fecha con una película. No he llorado tanto en el cine como con la escena final de CinemaParadiso en la que Totó, el niño protagonista, ya convertido en adulto, visiona una película que le dejó como regalo su amigo Alfredo, el viejo proyeccionista de cine: un montaje con escenas que había tenido que cortar obligado por la iglesia antes de su proyección y había ido guardando. Una sucesión de besos míticos de parejas cinematográficas que los censores de la época consideraron pecaminosos pero que vistos hoy son todo candor.



Espero que seáis de los que no desperdiciáis la oportunidad de demostrar vuestro cariño con besos, independientemente del calendario. Entonces no necesitáis ver este vídeo para motivaros. De lo contrario, si no es así, si os cuesta eso de parecer humanos, hoy tenéis la excusa perfecta para hacerlo sin que se resienta vuestra reputación.

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