Blog personal de Ángela Beato. Escribo lo que siento. Digo lo que pienso. Procura no tomarme demasiado en serio.

sábado, 12 de septiembre de 2020

Yo sí habría reconocido a Mercedes Ferrer

La cadena de televisión Antena 3 acaba de estrenar una nueva temporada del concurso de talentos La Voz. En el primer programa tenían preparado todo un sorpresón. Se presentaba como candidata en las audiciones a ciegas Mercedes Ferrer, una de las principales rockeras que ha dado este país, creo yo, junto con Luz Casal, Aurora Beltrán y Christina Rosenvinge. Una compositora cultivada -estudió en la Sorbona-, con amplia experiencia sobre los escenarios y una dilatada carrera que comenzó allá por mediados de los años 80, en plena Movida Madrileña. Figura relevante del panorama musical no solo en este país, sino también en Latinoamérica, llegó a codearse con Yoko Ono en Nueva York, telonear a The Cure y o colaborar con Nacho Cano y Bumbury. 



Puede que los menores de 30 años con pocas inquietudes artísticas no sepan quién es Mercedes Ferrer, vale. Pero por encima de esa edad, cualquiera mínimamente entendido en música y con dos oídos sabría de quién estamos hablando, le resultaría familiar su nombre o, al menos, le sonaría su inconfundible voz. 

Así que, cuando Mercedes salió al escenario y se puso a cantar ‘Vivimos siempre juntos’, una de las canciones más conocidas que ha interpretado a lo largo de su carrera, y vi que los tres coaches, Antonio Orozco, Pablo López y Alejandro Sanz, eran incapaces de reconocerla, aluciné. Pero cuando ya ni siquiera se dieron la vuelta, sentí un desgarro. Laura Pausini tiene justificación porque en la época de La Movida Madrileña todavía una cría que vivía en un pueblo italiano.


No lo vi en directo. Casi mejor, así el episodio no me pilló tan por sorpresa cuando recuperé la grabación para comprobar con mis propios ojos lo que había sucedido. Sanz, López y Orozco no se volvieron porque pensaban que la concursante estaba imitando demasiado a la artista real. “Sonaba igual que la voz original”, le dijeron después. Claro, como que era la voz original. Pero ninguno mencionó el nombre de la artista, probablemente porque ni se acordaban de cómo se llamaba aquella colega que cantaba la canción de Nacho Cano. 

Me dio por pensar que probablemente ni Mick Jagger pasaría la criba de las audiciones a ciegas. Porque ¿qué criterio mueve a los coaches de este programa a escoger a uno u otro participante? Que no esté inventado, es decir, que suene distinto, único y genuino, parece. Al final todo se reduce a una cuestión de piel. En Twitter un compositor lograba condensar en su mensaje algo de lo que me bullía a mí por dentro.

Una vez superado levemente el cabreo inicial, me surgió otra duda: ¿Por qué una mujer como Mercedes Ferrer pasa por esto? Imagino que las cosas están difíciles a todos los niveles, mucho más en el sector musical. Por lo que veo, su penúltimo disco, C+V, lo publicó en 2018 gracias a una campaña de micromecenazgo y este año ha sacado el álbum Tiempo Real 2020, que incluye 14 canciones remasterizadas. Por cierto, lo he estado escuchando y merece mucho la pena. Lo tenéis a 6 euros en versión digital a través de su web. 

Viendo que la grabación del programa se realizó antes de la pandemia, Mercedes quizá simplemente se lo planteó como un desafío, una manera de ponerse a prueba, un divertimento que también podía servir para darse a conocer ante otro público que está fuera de los circuitos tradicionales en los que ella se mueve. 

Como a todo hay que tratar de buscarle el lado positivo, me voy a quedar con eso. Sí, lo bueno de este episodio en La Voz es que quizá haya gente que ha descubierto ahora a Mercedes Ferrer o que está aprovechando para 'revisitarla', como yo, que mientras escribo esto suenan de fondo todas las canciones que hay de ella en el bendito Spotify.

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