Blog personal de Ángela Beato. Escribo lo que siento. Digo lo que pienso. Procura no tomarme demasiado en serio.

domingo, 15 de septiembre de 2019

Novatos del mundo, ¡levantaos!

Seguramente habréis visto el vídeo. Interior de una habitación en un Colegio Mayor de Madrid, el Diego de Covarrubias, perteneciente a la Universidad Complutense. Un chico y una chica frente a frente. Ambos tienen en una mano lo que parece merengue o nata. Varios chavales estan presentes observando y esperando su turno. De repente el chico le da una bofetada a la chica con la mano repleta de dulce. Se escucha un ruido seco. Es tan violento el golpe que la desestabiliza y durante unos segundos queda fuera de juego. Ni siquiera grita del tremendo dolor que la torta le ha tenido que provocar. Todos, hasta el agresor, se echan la mano a la boca entre sorprendidos y acojonados. Él mismo da la impresión de pensar, “Me he pasado”. Alguien grabó el vídeo, lo hizo circular por redes sociales, se hizo viral y ha servido para volver a encender el recurrente debate sobre las novatadas en el que nos enfrascamos al comienzo de cada curso. Aunque esta vez ha tenido alguna repercusión más.


La Universidad ha expulsado a los protagonistas del vídeo, el chico que da la bofetada y la chica que la recibe, ambos, por cierto, compañeros, amigos y novatos. Han recibido la misma pena, quince días fuera del Colegio Mayor hasta que la institución investigue lo sucedido y decida qué hacer. No hay que ser Sherlock Holmes ni Hércules Poirot ni Colombo para saber que los dos chavales participaban en un rito iniciático de esos que los veteranos organizan para “ayudar a integrarse” a los nuevos en los Colegios Mayores. Sí, ambos participaron “voluntariamente” en la prueba. Y entrecomillo la palabra porque nadie se presta voluntario a agredir o ser agredido, salvo que la alternativa sea peor. Por ejemplo, que te aislen, que sufras represalias o que te queden pesadillas para el resto de tu vida sobre ese año en el que empezabas a volar fuera del nido y a tomar tus propias decisiones.

En el juego participaban muchos más novatos, aunque sus tortazos no debieron ser tan espectaculares visualmente hablando, por lo que o no hay grabación o el vídeo no daba la talla para ser viralizable, así que se han librado de la sanción. También se han ido de rositas los veteranos que seguramente organizaron esa “fantástica velada”. Veteranos que, por cierto, alguna vez en su vida fueron también novatos y sufrieron esa misma situación. Pero, en vez de empatizar, deciden seguir fomentando esas prácticas, quizá porque en su fuero interno buscan venganza por lo que a ellos un día les hicieron. Y así, año tras año, seguimos perpetuando una siniestra cadena.

La Universidad justifica la medida disciplinaria diciendo que “Las novatadas están prohibidas en la Complutense y por eso los estudiantes implicados voluntariamente en el desagradable incidente han sido expulsados a la espera de la resolución de la inspección servicios de la Universidad”. Los implicados… No me hagan reír. Me da la impresión de que había más implicados que no han tenido que hacer la maleta. Y termina el mensaje con un “No lo permitas”. Muy propio, por eso sanciona a los pobres novatos, por permitirlo, por pasar por el aro y prestarse a ser denigrados por quienes hoy duermen tranquilamente en sus habitaciones del Colegio Mayor donde se realizó el rito iniciático sin que los responsables del centro fueran capaces de detectarlo, ni evitarlo, ni disculparse por ello ante las víctimas.

Aunque, ahora que lo pienso, quizá la estrategia de la universidad para parar esta animalada no se limite a palabrería y haya decidido ir más allá. En vista de que no son capaces de atajar la cuestión por el lado de los fuertes, hacer reaccionar a los débiles a golpes y a sanciones. A ver si esto les sirve para plantarse y decir “Hasta aquí hemos llegado”. “Ya está bien”. No estaría mal pensado... 

¡Novatos del mundo, hagamos que termine la dictadura del veterano! Negaos a exponeros de esa manera. Enfrentaos a las novatadas. No son graciosas. Pasad de los ritos iniciáticos. Despojaos del miedo. Cambiad las cosas y arriesgaos a que os hagan el vacío. Bienvenidas sean la exclusión y la marginación. Si sois muchos, ya no estaréis excluidos, seréis un buen puñado de marginados. Los excluiréis a ellos, a los del rebaño. Sé que cuando uno llega nuevo a cualquier lugar quiere ser aceptado, cuanto antes mejor, pero no a cualquier precio. No paguéis ese peaje. La integración en el grupo no se consigue prestándose a pasar por gilipolleces como nadar desnudo en una fuente congelada, tragar litros de alcohol con un embudo, exhibirse por zonas muy transitadas en ropa interior o romperse la cabeza a bofetones. La integración es otra cosa. Y no es mala manera de empezar a integrarse denunciando a los abusadores. Vejar y humillar no es una tradición. Que no imperen ni la ley del más fuerte ni la del silencio. Y ya puestos, esto podríamos extenderlo a todos los ámbitos de la vida. A ver quién es el primer valiente.

2 comentarios:

  1. Es una vergüenza. Siempre he estado en contra de estas gilipolleces, tanto como cuando era estudiante universitaria como ahora que soy madre de una estudiante novata. Pero ahora además, tengo miedo, por mi hija y por el resto de estudiantes nuevos que como esta chica puedan sufrir por este tipo de violencia, casi siempre sin consecuencias para esos "compañeros" veteranos.

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  2. Creo que la clave está en dejar de considerarlas "una broma" y en que todos, absolutamente todos, los novatos, se nieguen a participar en las novatadas.
    Gracias por leer y comentar.

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