Blog personal de Ángela Beato. Escribo lo que siento. Digo lo que pienso. Procura no tomarme demasiado en serio.

jueves, 28 de abril de 2016

Mi primera multa de tráfico

Una nueva experiencia en mi vida. Ya sé lo que se siente cuando te para la Guardia Civil para ponerte una multa de tráfico. Nunca había experimentado esa situación y, en el fondo, me sentía un poco un bicho raro. Un radar de Tráfico me hizo ayer una foto cuando circulaba a 91 km/h por una zona donde el límite de velocidad señalizado era de 80. Cometí la vergonzosa ilegalidad de superar en 11 km/h lo permitido. 


No me dio tiempo a aminorar más antes de pasar por donde los agentes habían colocado estratégicamente su coche radar camuflado. De hecho ni me percaté de que me hacían la foto. Yo iba entretenida escuchando a Gemma Nierga en la SER despedir a su invitado antes de la desconexión para la publicidad regional de mediodía y supe entonces que llegaba tarde al trabajo, así que mis sentidos no estaban para detectar trampas.

El caso es que cuando me aproximaba a la rotonda de la M-503 por la que cojo habitualmente el desvío a Pozuelo, me extrañó ver un ligero atasco de coches. Nada me hizo sospechar hasta que alcancé la glorieta y vi cómo un agente de la Benemérita paraba a los coches que circulaban por el interior y me hacía un gesto para que me dirigiera al arcén. Pensé que se trataba de un control de alcoholemia y me dije, "Vaya, justo me tiene que tocar a mí el test, hoy que voy tan tarde". Y me resigné pensando que iba a vivir una experiencia nueva y con la tranquilidad de estar segura del resultado: 0,0. 

Pronto descubrí que no querían que soplara. La razón de haber sido elegida por la Guardia Civil se llamaba ‘multa por exceso de velocidad’ que, afortunadamente, no lleva aparejada la pérdida de puntos del carnet. De todos modos ando sobrada de puntos, 15 tengo, porque hasta el episodio de ayer yo había sido una conductora modélica y me habían ido bonificando. He aquí la prueba.


Todo resultó muy civilizado y cordial. Fui capaz de encontrar mi permiso de conducir superando con éxito los nervios de toda primera vez. Mientras el agente comprobaba en su coche patrulla mis datos, encendí la radio para escuchar las últimas noticias del mediodía. Incluso me dio tiempo a coger el móvil y poner algún whatsapp avisando de mi retraso por el incidente. Luego fui informada sobre mis derechos, como por ejemplo, que podía reclamar la foto -algo a lo que me sentí tentada para poderla colgar en este post como prueba ilustrativa- y sobre la manera de abonar la multa y el descuento por pronto pago. Finalmente, me guardé mi primera -y espero que última- denuncia de tráfico y retomé mi camino, no sin antes aceptar la oferta del Guardia Civil de parar la circulación para poder reincorporarme sin dificultad a la rotonda. Ese momento único hizo que el resto mereciera la pena. Solo le faltó una banda sonora.

Estoy haciendo un ejercicio catártico confesando este vergonzoso suceso que se ha saldado, por cierto, con 50 euros, cantidad que ya he pagado por internet para beneficiarme del descuento. Es estupendo que la DGT facilite las gestiones a los conductores, incluido el pago de multas. Y eso que yo estaba dispuesta a cumplir mi pena allí mismo, pero el guardia no sacó su datáfono, lo que me extrañó. Igual que el hecho de que no solicitara mi firma. 

En fin, como yo soy muy de buscar la moraleja a todo lo que me sucede en la vida, resumo aquí algunas de las enseñanzas extraídas:

-A partir de ahora ajustaré perfectamente mi conducción a las indicaciones de la vía, por mucho que otros vehículos acerquen su morro al culo de mi coche, me piten y me den las largas para que acelere o les deje pasar, aún yendo por el carril de la derecha.

-Debo estar atenta a cualquier vehículo sospechoso aparcado en los arcenes. Podría ser un radar camuflado... y los carga el diablo.

-Para no ir con prisas, lo mejor es salir antes. 

-Podían haber puesto el control la semana que viene que ya habré acabado mi contrato y no habría cogido esa ruta, pero la Ley de Murphy es caprichosa. 

-No soy la única, tampoco en esto. He aquí una noticia de ayer mismo.

-En un minuto gasté el equivalente en euros a cuatro aperitivos para cuatro o dos sesiones familiares de cine. 

-Y, por último, ya puedo decir qué se siente cuando te para la Guardia Civil. 

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