Blog personal de Ángela Beato. Escribo lo que siento. Digo lo que pienso. Procura no tomarme demasiado en serio.

sábado, 12 de noviembre de 2022

Disfrutar lo privado y defender lo público

Al actor Luis Tosar se le ha ocurrido grabar un vídeo en el que apoya la manifestación de este domingo en Madrid en defensa de la Sanidad pública y le ha caído la del pulpo.

Los que no entienden el concepto ‘libertad de expresión’, salvo cuando son ellos los que opinan, han utilizado una imagen del actor saliendo de una clínica privada, donde su pareja había dado a luz, para tacharle de hipócrita por reivindicar la Sanidad pública sin utilizarla.

Este episodio me ha hecho recordar cuando en mi urbanización todos los amantes del pádel consiguieron aprobar que la Comunidad destinara un dineral a remodelar las pistas con un suelo especial e instalar iluminación para poder utilizarlas también cuando anochecía. Yo no juego al pádel ni nunca voy a disfrutar esas instalaciones, pero pagué religiosamente mi derrama para que el vecindario pudiera pelotear todo lo que quisiera.

También me han venido a la cabeza esos edificios antiguos sin ascensor en los que han conseguido instalar uno salvando la oposición de algún vecino reticente. Porque, a pesar de que, tal y como estipula la Ley de Propiedad Horizontal, todos los propietarios están obligados a pagar los gastos y las reparaciones, siempre sale alguno que se niega a aportar, aunque viva en el segundo piso y tarde o temprano lo vaya a utilizar. Sin embargo, los propietarios del bajo dan la sorpresa mostrando total predisposición a afrontar los gastos, a pesar de que podían vivir sin ascensor perfectamente. Entienden que se trata de un beneficio para el vecindario y una mejora que revaloriza el edificio.

Que Luis Tosar defienda algo tan valioso y sagrado como un servicio público es lo lógico. Todos deberíamos hacerlo, independientemente de que lo usemos o no, de que lo necesitemos o no, de que seamos más o menos afortunados, de nuestra posición social y económica. Todos deberíamos defender que nuestros impuestos se inviertan en bienes públicos para el beneficio común y que perdure el estado del bienestar.

Confesad: si vosotros tuvierais la oportunidad de saltaros las listas de espera contratando un seguro de salud privado, ¿dejaríais de preocuparos por cómo funciona la Sanidad pública de vuestro país?

Si pudierais pagarles a vuestros hijos una educación privada elitista, ¿os la traería al pairo lo que pasara en las escuelas públicas?

Si estuvierais tan podridos de pasta que sintierais la necesidad de rodearos de seguridad privada para ganar en tranquilidad, ¿os daría igual lo que el Estado invirtiera en Policía y servicios de emergencia?

Si habéis contestado a todas estas preguntas con un sí, debo suponer que solo os interesa vuestro bienestar y que sois partidarios de bajar impuestos, invertir menos en servicios públicos y que cada uno se pague la ‘vidorra’ que pueda asumir. ¿He acertado? Si es así, entonces es evidente que no tenéis nada que ver con Luis Tosar.

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