Blog personal de Ángela Beato. Escribo lo que siento. Digo lo que pienso. Procura no tomarme demasiado en serio.

lunes, 2 de septiembre de 2024

Así se vacía la España vaciada

Hace más de 35 años, cuando dejé mi pueblo para estudiar en Madrid, disponía al menos de cinco frecuencias de autobús para desplazarme entre Toro y la capital cuando lo necesitaba, que solía ser en fines de semana y vacaciones, para mantener el vínculo con el hogar, la familia y los amigos. Algunos de los servicios eran directos, los llamados exprés. Por un poco más de dinero llegabas antes al evitar las paradas intermedias y viajabas en buses más cómodos, con más espacio entre asientos y una fila con plazas individuales. Por aquel entonces no había ni estación de autobuses en mi pueblo. El punto de salida y llegada era la puerta de un hostal ya desaparecido, el Doña Elvira. Auto Res era la empresa que operaba la línea Zamora-Madrid y en días puntuales, coincidiendo con fechas de alta demanda, llegaba a llenar dos autobuses en algunas de las frecuencias.

Con el paso del tiempo, Auto Res pasó a integrar el Grupo Avanza, yo me establecí de manera permanente en Madrid, entró un vehículo propio en mi vida permitiéndome regresar por mi cuenta cuando quisiera y dejé de ser una clienta asidua de estos buses que siguieron dando un servicio esencial a los vecinos de la zona, con cuatro frecuencias de ida y otras tantas de vuelta, cubriendo todos los horarios, y cambiando la puerta del hostal por una flamante estación de autobuses para descargar y cargar viajeros. Pero llegó la pandemia y parece que también hizo mella en este sistema de transporte público por carretera.

Estación de autobuses de Toro

A mediados de este mes de agosto, Avanza dejó de prestar este servicio y cedió el testigo a Alcalábus y Vigo Barcelona SAU, dos empresas del grupo gallego Monbus. Fueron las únicas interesadas en gestionar la línea regular entre Madrid y Zamora a la que había renunciado Avanza por ser un servicio poco rentable e insostenible. Según esta compañía, el escaso número de pasajeros diarios hacía inviable su continuidad económica. Hace más de un año, diez después de finalizar la concesión oficial, comunicó su decisión a la Dirección General de Transporte Terrestre y ha sido ahora cuando se ha materializado el traspaso tras completar el proceso de licitación del nuevo contrato.

El cambio de operador no ha estado exento de incidencias. Se han dado casos de viajeros que habían comprado billete de ida y vuelta en pleno periodo de migración, que realizaron el primer viaje con Avanza y perdieron su viaje de vuelta porque ya no existía ese autobús al coincidir su regreso con el estreno de Monbus. Por no mencionar que algunos de los viajes inaugurales han sido eternos porque los conductores desconocían los itinerarios que llevaban a los puntos de cada una de las paradas y tenían que dejarse guiar por los propios viajeros. Además, por lo que comentan los usuarios, el servicio no está destacando por su puntualidad, entre otras cosas porque un solo coche cubre la línea y va acumulando retrasos de un trayecto al siguiente. 



Sin embargo, el mayor problema de esta transición radica en las frecuencias. A diario, Toro se queda solo con dos y en horarios poco operativos. Se elimina el autobús más tempranero y que mayor utilidad tenía para estudiantes, trabajadores y enfermos: el de las 6:25 horas. De este modo, el primer coche del día parte ahora a las 10:55 y llega a su destino a la hora de comer, lo que no ayuda a compatibilizar la vida en Toro con los estudios o el trabajo en la capital. Tampoco les sirve a pacientes que están siendo sometidos a tratamientos médicos en hospitales de Madrid y que son citados generalmente a primera hora de la mañana.

No es que hayan eliminado frecuencias, sino que han suprimido la parada en Toro. Es decir, a las 6:00 y a las 17:00 salen desde la ciudad de Zamora buses directos a Madrid, pero que no entran en Toro para recoger viajeros. Igualmente, de vuelta, a las 21:00 horas se puede ir de Madrid a Zamora, pero no apearse en Toro.

El otro servicio diario pasa a las 21:25 y llega a las 00:30 horas a Madrid. Los viernes y domingos se suma a estos dos otro bus que sale a las 21:05. Resulta inevitable preguntarse qué sentido tiene programar dos frecuencias con media hora de diferencia y no a las tres o las cinco de la tarde.

Desde Madrid el primer autobús para llegar a Toro está programado a las 06:30 horas. Teniendo en cuenta que el Metro empieza a funcionar a las seis de la mañana, el margen para llegar a la estación es bastante ajustado. El otro servicio con parada en Toro tiene su horario de salida por la tarde, a la 16:30 horas, el único que mantiene cierta utilidad.

A raíz de la pandemia mucha gente decidió regresar al pueblo aprovechando el teletrabajo. Posteriormente, algunas empresas facilitaron el modelo híbrido, que combina el trabajo presencial una parte de la semana con el trabajo en remoto el resto de días. En estos casos, el autobús de las 6:25 horas resultaba ideal para desplazarse cuando tocaba. Lo mismo les ocurría a los estudiantes universitarios. La eliminación del servicio no deja más remedio que optar por el coche privado, acercarse a otros puntos de la zona con más oferta, aumentando el tiempo y el coste del viaje, o directamente abandonar el pueblo por las malas comunicaciones. Y luego que si la España vaciada.

Las quejas de los usuarios toresanos de momento no han servido de nada. Ahora el Ayuntamiento de Toro y la Diputación de Zamora han anunciado que van a reunirse con Monbus para intentar recuperar las frecuencias perdidas. Todo apunta a que la única solución a este problema está en manos de las administraciones, mediante ayudas, subvenciones o incentivos. No tiene sentido que a los políticos se les llene la boca con la lucha contra la despoblación y luego no se aseguren de que todos los ciudadanos, independientemente del territorio en el que habiten, tengan los mismos derechos y las facilidades para desplazarse a los puntos donde se concentran los servicios y la actividad.

Por acabar con buen sabor de boca y destacar algo positivo del cambio de operador de la línea, el precio del billete ha bajado casi 5 euros. Además, se ha incluido una parada en el Intercambiador de Moncloa, lo que evita ir hasta la Estación Sur de autobuses en Méndez Álvaro, hasta ahora punto de partida y destino. Pero eso es poco consuelo.