Blog personal de Ángela Beato. Escribo lo que siento. Digo lo que pienso. Procura no tomarme demasiado en serio.

domingo, 24 de marzo de 2019

Qué hartura de Torra

Honorable Quim, eres un auténtico coñazo. Perdón si ha sonado sexista. Trataré de utilizar un lenguaje más inclusivo: Quim eres un pesado de mil pares de narices. Si hasta se hacen juegos de palabras con tu apellido, Torra-Turra. ¡Venga ya! Te lo voy a decir yo porque está visto que no se atreven los que te lo tenían que decir, que es tu círculo más próximo, las personas que te quieren. Quim, te estás poniendo en evidencia. Aburres. No haces gracia. Das pena. Quizá hasta vergüenza. Eres más infantil que mis hijos. Tu machacona insistencia en retar a los poderes del Estado y pasarte por el forro las normas establecidas está empezando a resultar cansina. Y si crees que así ayudas en algo a tus compañeros presos, olvídate. Estás provocando el efecto contrario.

Si te parece que la Ley Electoral se ha quedado anticuada o sientes que está siendo utilizada para perjudicarte, pelea para cambiarla. Da los pasos que haya que dar en ese sentido. Agota las vías. No sé…, abre una recogida de firmas en Change.org, si te parece. Pero hasta entonces deja de marear la perdiz y limítate a cumplirla como hacemos el resto, ¡cullons! Qué manera de perder el tiempo y de agotar nuestra paciencia. Por no hablar de lo que estás contaminando con tanto lazo de plástico. ¿Y el gasto? Porque supongo que cada uno de esos carteles que pones, cubres, quitas, repones… cuesta un dinero que estará saliendo del presupuesto, ese que sigue prorrogado por tu incapacidad para encontrar apoyos, y que procede de los impuestos pagados con el sudor de la frente de los catalanes. De todos. No solo de los que te siguen la corriente. Gente, por cierto, que no ha abandonado sus responsabilidades para estar 24/7 dando por saco.

Porque mientras tú pones todo tu empeño en alargar esta cruzada, escatimas tiempo a lo importante, lo necesario, lo primordial. Gobernar, buscar soluciones a problemas de primer orden, de la gente de la calle, del pueblo de verdad. Listas de espera en sanidad, listas de espera en residencias de mayores, paro, vivienda, inmigración, educación…, en una palabra, la calidad de los servicios públicos catalanes. Problemas reales que no tienen pancarta. Porque así de surrealista es el asunto. La última pancarta que cuelgas en el balcón de la principal institución catalana, esa que presides y tan poco respetas, reclama libertad de expresión y opinión. La libertad de expresión y de opinión no está en peligro en Cataluña, no es un problema, cualquiera puede ejercerla. Sin ir más lejos, tú mismo, que te has pasado ya muchos pueblos y ahí sigues.

Involucrar en tu lucha a los mossos han sido tu última ocurrencia. Con la necesidad que tienen de recuperar la normalidad y la buena reputación. Si te quieres inmolar, hazlo tú mismo, pero no te lleves por delante a gente que lo único que quiere es cumplir con su obligación, llevar una sueldo a casa y vivir feliz.

Todo un honorable president reconvertido en pancartista. ¿Dónde se ha visto? Pero, ¿no te das cuenta del ridículo que estás haciendo? Eres patético. Si hasta tus partidarios empiezan a cuestionar tu estrategia. Deja ya de provocar, anda. Para de forzar la confrontación. Deja ya de joder con la pelota.

Dices que vas a “seguir adelante hasta las últimas consecuencias”. Bien mirado, es la esperanza que nos queda. Cataluña no se merece un presidente como tú. A ver si te inhabilitan pronto y nos dejas a todos en paz un ratito. ¡Cansino!


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