El anuncio
de Íñigo Errejón de concurrir a las elecciones autonómicas con la marca Más Madrid, la plataforma de Manuela Carmena, y no con la de Podemos ha provocado
una nueva tormenta dentro de la formación morada. Hasta Pablo
Iglesias abandonó temporalmente su retiro paternal. Da la sensación de que
para las cosas gordas no hay baja -ni Montero- que valga. Mediante un mensaje
de voz se mostró tocado y dolido por la decisión de su amigo. Tanto, que
reaccionó amenazando con disputarle el trono regional con otro candidato. Acto
seguido, una vez que el líder había hablado, ya pudieron el resto de los miembros
del partido con alguna responsabilidad salir en cascada a disparar en la
misma línea: reprocharle a Errejón su puñalada trapera e indicarle dónde estaba
la puerta.
En mi modesta opinión de espectadora externa y cero implicada
sentimentalmente con Podemos ni con ningún otro partido de la esfera política
actual, creo que Iglesias se equivoca. Pero aún está a tiempo de rectificar. De
hecho, Pablo Iglesias debería tragarse su orgullo y envainársela. ¿Por qué?
-Porque Errejón es fundador de esa
aventura que se llamó Podemos y dentro de la formación me parece una de las
voces más sensatas, autorizadas, documentadas, coherentes, amables y atractivas.
-Porque Iglesias debería aceptar de una vez por todas, que
en Podemos no todo debe pasar por él, dejar ese ramalazo dictatorial y
autoritario que le da de vez en cuando y asumir que no todo debe ser con su
venia… ¡Hombre, por favor!… Que lo del pensamiento único es más de los viejos
partidos que de los nuevos…
-Porque habiendo visto cómo se desenvuelven los distintos
personajes de este teatro, ante un caso similar, seguro que Errejón
reaccionaría con mucha mano izquierda y lo gestionaría con más clase que, por
ejemplo, Echenique.
Y creo que Podemos necesita más Errejones y menos Echeniques.
-Porque dicen los que saben que cuando la
izquiera se fragmenta, gana la derecha, aunque también esté fragmentada.
Está más que probado. La división de la derecha provoca fragmentación del voto,
pero termina reagrupándose a base de pactos poselectorales, mientras que la
división de la izquierda ha demostrado tener efectos completamente contrarios,
incluido un aumento de la abstención.
-Porque si quiere ganar algo debería dejarse llevar por la
cabeza y no por los sentimientos. No tiene sentido ni justificación que Iglesias
esté dispuesto a asociarse con Carmena en la ciudad de Madrid y no en la
Comunidad. Debería aceptar que las plataformas ciudadanas como Más Madrid se
están poniendo de moda y están devolviendo la ilusión a muchos que andaban
desencantados. Ya he oído a más de uno decir “Dan ganas de votar a Errejón”.
Por todo esto, si Pablo Iglesias quisiera por una vez pensar
más en su partido que en sí mismo, debería envainársela y concurrir a las
elecciones autonómicas bajo la plataforma Más Madrid y con el candidato Íñigo
Errejón. Aunque, bien pensado, quizá sería más conveniente dejarle que siga
adelante con esa pose de novio despechado y se estrelle en las autonómicas
madrileñas. A ver si alguna vez le pasa factura un fiasco electoral. O, al
menos, que se le bajen los humos.
Pues ahora que lo dices, el que Iglesias esté que trine con Errejón igual le da más votos de aquellos que piensan que se está convirtiendo en un Fidel Castro o Maduro con la verdad absoluta...
ResponderEliminarEstoy segura que esto le perjudica más que beneficia.
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