Foto del cartel extraída de Twitter |
Ya tenemos nuevo escándalo sexista. En esta ocasión tiene que ver con una iniciativa empresarial del sector de la hostelería cuyos responsables no han medido bien el alcance de su gran idea y se ha convertido en pelotazo viral. Ayer saltaban las alarmas al difundirse por las redes sociales el cartel de una fiesta en una discoteca de Barcelona en la que, como reclamo para las chicas, además de los cuerpos esculturales de un par de maromos, se ofrecía entrada gratis más una copa y 100 euros en efectivo a las que fueran sin bragas. Imaginad ese momento en el que las damas tuvieran que acreditar su derecho a cobrar la promoción. Por cierto que en el cartel –una joya del diseño- también figura que si están de cumpleaños les invitan a ‘champagne’ y pastel. Si encima van sin bragas, hacen la noche… En fin. ¿Y qué me decís de la frase en mayúsculas 'Mujeres que no tienen marido', como si las casadas no fuéramos público potencial. Aunque, ahora que lo pienso, quizá se refieren a las señoritas en bikini del cartel… Es igual.
Después de la denuncia, la Generalitat ha pedido a la discoteca que retire la promoción y parece que el Ayuntamiento de Barcelona y otros organismos estudian emprender acciones legales. Aunque un poco tarde, porque según dice el cartel, este evento se anunciaba para todos los sábados de febrero, así que lo mismo hay quien ha picado ya en alguna de las sesiones. A mí me provocaría rechazo un local con esa imagen comercial, pero igual a alguna fémina le hace gracia. Por cierto, no es la primera vez que el Bailódromo Caña Dulce recurre a acciones de marketing sonadas. Ya es un clásico del barrio.
Lo de dejar pasar gratis a las chicas a los locales nocturnos de ocio para asegurarse público masculino es una práctica tan vieja como este mundo machista, aunque lo de sugerir quitarse las bragas es muy novedoso. Recientemente el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número dos de Albacete desestimaba un recurso interpuesto por un pub de esa ciudad que había sido multado con 1.500 euros por cobrar la entrada a los hombres y permitir a las mujeres acceder gratis. Así que el empresario tendrá que envainársela y acoquinar la pasta por una práctica que el tribunal considera arbitraria y discriminatoria. Y -¡ojo!- que discrimina a partes iguales a ellos, porque tienen que pagar por ser hombres, y a ellas, por ser utilizadas como cebo.
Y no vale ampararse en lo de ‘reservado el derecho de admisión’. Naturalmente que el empresario puede organizar su actividad como le plazca, pero siempre dentro de la legalidad, y la norma es clara al respecto: las condiciones de acceso deben respetar la dignidad de las personas y sus derechos fundamentales y están prohibidas las decisiones arbitrarias que conducen a la discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión u opinión. Alguno podría preguntarse si es legal que te impidan el paso a un local nocturno por llevar calcetines blancos y la respuesta sería que el empresario podría hacerlo siempre que restringiera el paso a todos los clientes con ese atuendo, no solo a los feos. En ese caso incurriría en discriminación. Aunque aquí de lo que hablábamos no era de calcetines, sino de bragas. O mejor, ropa interior, que queda más fino.
Resumiendo, queridos emprendedores de la noche que os veis tentados a recurrir a estas despreciables, vomitivas y casposas tretas para animar el aforo de vuestros locales y hacer caja: Os informo que, afortunadamente, la gente ya empieza a denunciar este tipo de prácticas, lo que significa que se os aguará la fiesta más de una vez. De modo que probad otras estrategias mucho más inteligentes, que seguro agradecerá vuestra clientela y os reportarán mayores beneficios, por ejemplo, una ambientación con clase, una escogida selección musical, productos de buena calidad y un trato exquisito. Aunque, de donde no hay...
Ahora que lo pienso. Hace mucho que no salgo por las noches… Y cuando lo hacía, recuerdo que siempre seguía un sabio consejo: Hagas lo que hagas, ponte bragas.