Estoy
estupefacta. Hoy hemos sido testigos de cómo internet puede ser una bomba de
relojería en las manos equivocadas. Me explico. Leo en las cuentas de Twitter
de varios medios de comunicación que la veterana periodista deportiva Mónica Marchante ha hecho unas declaraciones incendiarias contra su colega María Gómez, la reportera que ha estado cubriendo el Mundial de Rusia con el equipo
de Mediaset.
Todo
parte de la polémica surgida en este campeonato de fútbol sobre las libertades
que se toman algunos aficionados con las reporteras mientras están haciendo su
trabajo. Lo denunció María Gómez mostrando una de esas imágenes en las que ella
misma, durante una conexión, aparecía siendo besada por sorpresa por un tipo que después de la
‘supuesta broma’ se echaba a correr. ¡Qué valiente! Esta misma profesional, en
un directo en el que entrevistaba a aficionados, tuvo que oír como uno de ellos
le preguntaba “¿Tú cómo te llamas, guapa?”, a lo que ella contestó “Me llamo
María, y lo de guapa sobra. Soy periodista”. Esa reacción y sus continuas
denuncias calificadas por algunos como “demasiado feministas” le han granjeado
el aplauso de muchos, pero también las críticas de otros que le reprochan que
arme demasiado escándalo por algo tan inocente –dicen- como un beso o un
“guapa”.
Pues
bien, con este caldo de cultivo, con la polémica en ebullición, resulta que –¡oh,
casualidad!- aparece una sospechosa publicación que algún tuitero atribuye a
Mónica Marchante y que nada más leerla a mí me pareció demasiado ‘heavy’ como para
estar firmada por cualquiera, mucho más por una periodista conocida. Tiene todo
el estilo de un anónimo y está claro que procede de alguien que conoce el mundo
del periodismo deportivo. Juzgad vosotros mismos.
“Pues
a mí no me parece machista que me llamen guapa. Igual es porque no me
llevaron nunca a un Mundial sin tener ni idea de fútbol, ni me pusieron de
florero en la foto de equipo rodeada de machitos. Y mucho menos llevando 5
minutos de periodista deportiva...No soporto la hipocresía. Y menos con este
tema. ¿Te ponen de adorno y enarbolas la bandera del
feminismo después de pasarte el Mundial entrevistando gente en la calle
porque no vales para otra cosa? ¡Venga coño! Clara Rodríguez lleva 3 mundiales
y 2 Eurocopas (que yo sepa) haciendo vídeos futboleros cojonudos, directos y lo
que le echen. Nunca estuvo en la foto de equipo porque no es joven ni guapa, es
una chica normal, que trabaja muy bien. Nunca se ha quejado de
machismo. No ha necesitado viralizarse ni llamar la atención. Ah, por
cierto, si es machista que te llamen guapa... ¿qué es ponerle la mano en el
hombro al entrevistado? Igual el tío se sintió acosado... Más Claras Rodríguez,
Verónicas Brunatis y menos farsantes”.
Parece
que muchos estaban deseando escuchar o leer algo así, porque inmediatamente comenzó
a compartirse el comentario y a suscitar el correspondiente debate tuitero.
Todo el mundo dio por bueno el texto. Se tragaron el cebo. Creyeron que Marchante se
había soltado la melena y la bilis, y no les pareció raro que en un ramalazo kamikaze utilizara
esos términos tan contundentes contra una colega.
Mónica
Marchante ha negado haber hecho ninguna declaración pública contra María Gómez.
Lo triste es que parece que el único periódico que se ha tomado la molestia de llamar a la
protagonista para contrastar la información ha sido La
Vanguardia, que ha sido el primero en publicar en su edición digital que se trata de un fake. El
resto de los periódicos ha seguido la estela del diario El
Mundo, que fue el que soltó la liebre ejecutando algo que se lleva mucho
ahora en periodismo, que es hacer una noticia con cualquier publicación que tenga
muchos retuits y se convierta en viral. Y al final resulta que todo el personal
comparte lo que otros están difundiendo porque han visto que lo daba el
primero. Lo más loco es que cuando el medio en cuestión es ya consciente de que
está divulgando un bulo, se resiste a eliminar la noticia o rectificarla porque
los clics de los lectores le están reportando beneficios y si hay que elegir
entre informar con rigor o ganar dinero, amigos, no hay color.
Durante
ocho horas se ha estado atizando en las redes a dos mujeres profesionales del
periodismo deportivo tratando de vender un irreal tirarse de los pelos
femenino, porque ¡claro!, no hay nada más creíble que una riña entre mujeres y no
hay peor enemigo de una mujer que otra mujer. Y ya de paso, tangencialmente, se
cargaba contra el feminismo y contra las mujeres en el ámbito deportivo, uno de
los mundos más machistas.
Conclusión:
O los medios se ponen las pilas y se acuerdan de algo tan básico en el
periodismo como contrastar y filtrar, o seguirán perdiendo credibilidad al
mismo ritmo que ganan euros.
Mientras
eso ocurre, recomiendo a los usuarios de las redes, cuestionarse todo lo que
vean, por favor. Aprender a distinguir la realidad del fake es fácil, aunque no
lo parezca; bastan un par de comprobaciones para salir de dudas.
En
cuanto al ideólogo de este nuevo bulo, ya nos contarás qué has sacado tú de
todo esto, ¡figura!
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