Queridos Reyes Magos,
cada vez que venís a visitarnos los accesos a los centros comerciales se ponen imposibles, los conductores estresados por el atasco vociferan y hacen sonar los claxons, hay colas en las cajas de las tiendas, colas en los probadores, colas en los mostradores… La gente camina muy rápido golpeándote con bolsas llenas de paquetes, te empujan al entrar y también al salir, te desquician. Los datáfonos para las tarjetas echan humo y también los empleados, que no dan abasto para atender tanto cliente ávido de llevárselo todo y cuanto antes. Es la locura. Los únicos que se frotan las manos son los comerciantes que hacen caja. Pero suele ser pasajero. Después de que os vayáis probablemente revivirán los momentos de estrés, aunque será para registrar devoluciones de regalos con los que no acertasteis.
Por no hablar de la locura por algunos productos, en especial los juguetes, que vaya usted a saber por qué se agotan y sois incapaces de encontrar, y eso que no son precisamente baratos. Las cifras de gasto por persona en regalos que se manejan sorprenden para un país que, como quien dice, sale de la crisis. Y es que vuestra presencia debe disparar la oxitocina en nuestro organismo y nos volvemos muy generosos, sobre todo con los pequeños, tanto que al final añadimos a sus cartas más cosas de las que han pedido -que nunca son pocas- y terminan saturados. Que levante la mano el que no haya visto a sus hijos el día de Reyes saltar de un regalo a otro desconcertados y, media hora después de probarlos todos, terminar jugando con los envoltorios o pidiendo que llames a casa de las abuelas para saber si han dejado algo también allí
Queridos Reyes Magos, estáis completamente locos.
Te acuerdas del principe arco iris de Cristina?Agotado en el Carrefur y lo encontraste en una tienda de barrio en Andrés Mellado?
ResponderEliminarMe acuerdo...
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